El niño iba con su bicicleta andando por la vereda, buscando al señor heladero, queriendo encontrar al dueño de sus sueños dulces y helados, su gracia de trompeta verde.
Va a toda velocidad, ya suena y escucha la clásica música de cucuruchos frescos, sus pedales piden relajo, pero sus pies quieren lo contrario. Por fin sus ojos se chocan con su esperado amigo, pero este joven de dulces apetitos, se olvidó que había comenzado el otoño y su apetitoso compañero cambió su vestimenta de colores, para pasar a otro tono, mas gris, ya que ahora vende panchos y comida caliente.
Por Kosmisch
Me has transportado a mi infancia y me has traido recuerdos preciosos.
ResponderEliminarGracias por ello.
Besos
COMO NO REMONTARSE A LA INFANCIA, YO ESPERABA AL SEÑOR DE LOS MERENGUES, TODAS LAS TARDES. GRACIAS POR RECORDARME VIEJOS Y HERMOSOS TIEMPOS.Saludos.
ResponderEliminar!Cuántos recuerdos nos traen los heladeros de nuestra infancia! Me gustó mucho.
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