Esa fiel compañera, digna de caricias silenciosas, esa palmada de hombro necesaria, liturgia nocturna, caverna prodigiosa, infinito sepulcral donde la imaginación nace y se retuerce, esa oblonga solemnidad que aparece pidiendo permiso, esos dedos esperando el lápiz y los papeles donde eyacularan su creación, ese despertar cuando todos duermen, ese fin donde todo empieza, esos colores opacos que encierran felicidad tranquila, donde la paz del silencio nace y se mueve por todos los rincones de mis cuerpos vivos, esa negritud silenciosa donde se encuentra el infinito que mientras todos duermen yo sueño despierto y tejo los hilos que me destila la noche habladora.
Por Kosmisch