En esta silla donde me encuentro sentado, pacientemente miro amaneceres de este y otros mundos sobre la ventana que tengo enfrente, que da a la altura de mis ojos, silla de madera barnizada, recordándome a mi abuelo, carpintero de puro barniz, que tallaba madera con solo dos instrumentos, sus manos y su creatividad. Por esta abertura mencionada veo los mundos nacer, morir y renacer, todo con su constante ciclo, repeticiones varias y persistentes según las leyes de la vida, pero por cada cambio una frescura comienza, como cuando el cuerpo necesita cerrar y abrir los parpados para renovar la mirada hacia algo nuevo, todo esto con un propósito, el de sentirnos vivos, abrirnos y despertar a la verdad.
Por Kosmisch
No hay comentarios:
Publicar un comentario