Merendando el Corazón

El niño volaba con el corazón entre las piernas, buscando ese aparato que coloca corazones en su parte y medida justa, ese encastrador de amor que tanto buscaba. Caminaba por los cielos andantes, queriendo encontrar aquel castillo de sueños anaranjados, aquella estructura de naipes para jugar, para danzar en otras realidades, para lucrarse con su amor, imaginando que no esta solo, sino con su alma dividida, partida en dos, para poder desayunarla con leche y almendras, merienda sana y nutritiva, potasio equivalente a mil platos diarios de calcio, amor en cuenco sin cubiertos, solamente las manos para alcanzar mejor esas venas rojas y cloacales, tomando agua para limpiarlas, almuerzo con su Ser interior, con su amor buscado y encontrado, manifestado en otro y colocado frente a la mesa, compartiendo sus porciones de esperanzas y postres de su melancolía, ahora transformado en alimento sentimental.

Por Kosmisch