Tiro una piedra pequeña al mar, pero no se hunde porque el agua
helada impide ese acto embriagador, la consumación de su fluidez se nota
estacionaria, rígida como mármol, para el verano falta mucho, me queda por ir a
buscarla y recatarla de ese frío atroz, de esa desventura helada, me aproximo y
el hielo sede ante mi peso, mi gravedad, olvide el peso de mi mochila, del peso
de mis huesos, la veo lejos, los hielos cristalinos se rompen en gritos, caigo
en el helado suburbio, no la vi nacer.
Por Kosmisch
Bello
ResponderEliminarBesos
Hola soy Anna del blog romance.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario. Tienes un blog muy bonito y ademas escribes muy bien, me quedo y te sigo.
Un beso y te espero a menudo por mi casita virtual
P.D Me encantaria que te hicieras mi seguidor
ResponderEliminarBesos
Como pesa la mochila!! <muy bueno
ResponderEliminar<un abrazo