El payaso sonríe cuando los niños están cerca, pero no así cuando se aproximan los padres de estos, les deben dinero, expensas y otras cuestiones monetarias, su sonrisa solar se transforma en angustia penetrante y magnánimamente esclarecedora de sus bajos instintos de violencia, si fuese por él, se cambiaria sus maquillajes de color rojo, amarillo, blanco y azul, por verdes oscuros y tonalidades mas densas para pasar desapercibido si comete algún desacato, tendría que inventarse maquillajes cambiantes según el estado del animo piensa el, pero sigue inflando globos para imaginarse a los padres metidos dentro y explotarlos con tijeras filosas y luego que sus hijos recojan las partes (del globo) y así continua su jornada laboral haciendo flores con sus globos moldeables y ametralladoras para los padres odiosos, este es un día común del payaso Carlitos, festejando el cumpleaños del hijo del juez del barrio. Le queda por sonreír para que las penas pasen a otro plano y se retiren volando como sus inventos inflados de helio esperanzador.
Por Kosmisch
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