Todo pasa, largamente, rápidamente, los reflejos se pierden, los comensales se retiran, quedan los anhelos, los recuerdos, los adioses, queda lo que es, lo real, lo establecido, la vida misma, lo que hemos hecho, lo que vendrá, el agradecer lo vivido, el respirar de ahora, para luego otro compás largo, palpitante, como las olas de un río y el viento acompañándolo siempre por detrás.
Por Kosmisch
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