El mundo, salpicado por sus inmundicias y sus alegrías dulces.
El mundo, engrapado con sus alegrías resonantes y sus tristezas dilapidantes.
El mundo, fiel cristal de razas de todo tipo, fiel reflejo de lo que la naturaleza es, formamos parte de ella, somos uno con ella.
Los placeres del mundo que nos llama a contemplar lo que es la vida misma, y mostrándonos su fiel tamaño: una pizca de sal marina como su reflejo de jugoso universo acaramelado.
Por Kosmisch
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