El pájaro se apoyaba sobre la vitrina, indemne, quebradizo, sostenido por solo su pata derecha, hacia cantar a todo el pueblo, reuniendo sabores mañaneros, para despertar a sus hermanos gallos, los humanos trataban de dormir, pero una ligereza de estación macabra, los hacia mirar para otro sitio, su apoyo ventanal era en una casa deshabitada hace tiempo, así que su familiaridad le hacia cantar hasta largas horas, en altura alejada del piso, los gatos vecinos nunca podían alcanzarlo, pero si a estos últimos, les llegaba el sonido que pronunciaba.
Por Kosmisch
No hay comentarios:
Publicar un comentario